El Fiscal General de Nueva York, Letitia James, llegó a un acuerdo con el famoso chef Mario Batali y Joseph Bastianich, su compañía de gestión B&B Hospitality y sus restaurantes Babbo, Lupay y Del Posto (último ahora cerrado) por fomentar un ambiente de trabajo hostil que permitió una cultura sexualizada de mala conducta y acoso en sus restaurantes en la ciudad de Nueva York. Tras las acusaciones de acoso sexual contra Mario Batali en 2017, la Oficina de la Fiscalía General abrió una investigación sobre estas denuncias y determinó que B&B, Batali y Bastianich habían participado en discriminación sexual ilegal y represalias, en violación de las leyes de derechos humanos estatales y municipales. Las acusaciones reportaron tocamientos no deseados, avances sexuales y comentarios explícitos hechos por gerentes y compañeros de trabajo a otros empleados de los restaurantes. Como resultado de esta investigación, B&B, Batali y Bastianich deben pagar $600,000 a por lo menos 20 antiguos empleados, revisar los materiales de formación en todos los restaurantes B&B y presentar informes bianuales a la Oficina de la Fiscalía General para certificar cumplimiento con el acuerdo.
"La celebridad y la fama no absuelve a alguien de seguir la ley. El acoso sexual es inaceptable para cualquier persona, en cualquier lugar, sin importar que poderoso sea el perpetrador", dijo el Fiscal General James. "Batali y Bastianich permitieron un ambiente de trabajo intolerable y permitieron un comportamiento vergonzoso que es inapropiado en cualquier escenario. Todas las personas merecen trabajar en un lugar seguro, y el acuerdo de hoy marca un paso más hacia la reparación del acoso en el lugar de trabajo. Agradezco a los hombres y a las mujeres que denunciaron este comportamiento aborrecible por su valentía, abnegación y compromiso con la rendición de cuentas".
"Cuando mis compañeras de trabajo y yo estábamos siendo acosadas sexualmente por varias personas en Del Posto, el liderazgo del restaurante nos hizo sentir como si lo estuviéramos pidiendo, como si fuera un rito de paso ser acosado en el trabajo," dijo Juliana Imperati, una antigua cocinera de línea en Del Posto. "El acoso sexual, la discriminación y las represalias nunca deben normalizarse en ninguna industria o lugar de trabajo. Este acuerdo es un paso importante para responsabilizar a los poderosos, y agradezco al Fiscal General James por continuar a corregir los errores cometidos a los innumerables trabajadores en la industria de restaurantes todos los días."
"A lo largo del transcurso de mi empleo en Del Posto, aguanté un acoso sexual constante," dijo Brianna Pintens, una antigua camarera de Del Posto. "La gerencia rutinariamente ignoró estos comportamientos, inventaba excusas para los perpetradores y, a menudo, usó la culpabilización de las víctimas como una forma de evitar tener que lidiar con una cultura en el lugar de trabajo arraigada en el miedo y la humillación. No puedo hablar por las innumerables otras víctimas que enfrentaron acoso y discriminación continuos, pero puedo decir que mi tiempo trabajando para B&B empañó permanentemente mis metas y pasiones por la hospitalidad. Tengo una inmensa gratitud para la Oficina del Fiscal General por creernos, tomarnos en serio y dar esperanza de que esta industria está en camino de sanar y reparar una historia profundamente defectuosa."
El acuerdo fue con el Fiscal General de Nueva York la culminación de una investigación de cuatro años sobre las acusaciones contra Batali y Bastianich, tanto individualmente como empleadores como en nombre de B&B y sus restaurantes. Más de 20 empleados fueron sometidos a un ambiente de trabajo hostil en el que ellos fueron acosados sexualmente por Batali, los gerentes de restaurantes y otros compañeros de trabajo. Entre 2016 y 2019, varios empleados presenciaron o experimentaron personalmente avances sexuales no deseados, tocamientos inapropiados y comentarios sexualmente explícitos de gerentes y compañeros de trabajo, y varias empleadas fueron manoseadas, abrazadas y / o besadas por la fuerza por colegas masculinos. El propio Batali acosó sexualmente a una camarera haciéndole comentarios explícitos y agarrándola de la mano mientras ella le servía y jalándola hacia su entrepierna. En otra ocasión, Batali mostró a un camarero masculino en Lupa un video pornográfico no deseado.
Las empleadas específicamente hicieron quejas de que los chefs y gerentes favorecían descaradamente a los empleados masculinos e hicieron comentarios misóginos que degradaban a las mujeres en el lugar de trabajo. En varios casos, un gerente hizo comentarios sobre la apariencia de las empleadas, incluyendo observaciones sobre su altura y peso. Les dijeron que usaran maquillaje e incluso que se pusieran implantes mamarios. El gerente también se refirió a varias empleadas frente a los huéspedes del comedor como "niñas pequeñas" y "sensibles", y dijo que "las mujeres no deberían trabajar en el entresuelo", el cual era una parte principal del restaurante.